Elementos claves en la evangelización
Dando continuidad al tema del “celo apostólico”, en su quinta catequesis sobre este aspecto, el santo padre centró su reflexión en el pasaje evangélico de Marcos (3,14), que relata que Jesús «instituyó a los Doce – que llamó apóstoles - para que estuvieran con Él, y poder enviarlos a predicar».
Recordó que el anuncio “nace del encuentro con el Señor” y que “toda actividad cristiana, sobre todo la misión, empieza ahí”.
“Puede llevar el Evangelio de Jesús solo quien está con Él”, advirtió.
En esta línea, el Papa señaló que “seguir a Cristo no es un hecho intimista” porque “sin anuncio, sin servicio, sin misión la relación con Él no crece”.
Partiendo de esta realidad, agregó, “la clave del éxito en la Evangelización” consiste en transmitir el Evangelio “con sencillez y mansedumbre, sin apegos a los bienes materiales y juntos, en comunidad”.
La misión no se aprende en academia
El anuncio nace del encuentro con el Señor; toda actividad cristiana, sobre todo la misión, empieza ahí. No se aprende en la academia, ¡no, no! Comienza con el encuentro con el Señor. Testimoniarlo de hecho, significa irradiarlo; pero, si no recibimos su luz, estaremos apagados; si no lo frecuentamos, nos llevaremos a nosotros mismos en vez de a Él, y todo será en vano. Por tanto, puede llevar el Evangelio de Jesús solo la persona que está con Él.
¿Por qué anunciar?
Luego, el Santo Padre destacó que la motivación de la Evangelización es que “el anuncio no parte de nosotros, sino de la belleza de lo que hemos recibido gratis, sin mérito” porque se trata de “un don tan grande que no podemos guardarlo para nosotros”.
Recordó que Jesús invitó a “ir y proclamar que el Reino de los cielos está cerca” por lo que subrayó “esto es lo que hay que decir, en primer lugar y, ante todo: Dios está cerca de nosotros”.
“El anuncio debe dar el primado a Dios, y a los otros la oportunidad de acogerlo, de darse cuenta que Él está cerca, y yo detrás”, afirmó.
¿Cómo anunciar?
Francisco resaltó que en la Evangelización es esencial el testimonio que “involucra la mente, el corazón, las manos. Los tres lenguajes de la persona: el pensamiento, el afecto y las obras”.
De este modo, indicó que es necesario anunciar “mostrando a Jesús más que hablando de Jesús”, por lo que aconsejó ir con sencillez, sin apoyarse “en las certezas materiales”.
Finalmente, invitó a ir juntos porque “el Señor envía a todos los discípulos, pero nadie va solo” debido a que “la Iglesia apostólica es enteramente misionera y en la misión.